Escudo de la Salud de Antequera

Descripción

El nuevo escudo de la Hermandad de la Virgen de la Salud y Santiago Apóstol de la Parroquia de Santiago de Antequera se ha ideado a partir de un antiguo documento en el que aparece el anagrama de María con varios trazos que la envuelven a modo de insignia rematada por una cruz. El resultado es una reinterpretación dentro de un gran ovalo central a modo de cartela polilobulada en el que aparecen varios nuevos elementos como son una fuente y la medialuna. Basado en esta idea sencilla surgida del documento antiguo, se ha perfeccionado, enriquecido y actualizado dentro de un proceso creativo y artístico que combina la autenticidad histórica con la creatividad actual. 

Simbología

-El anagrama de María está compuesto por las letras “M” y “A” que significan Ave María. Un anagrama es un símbolo constituido por letras y constituye el eje principal de la composición en este escudo de la Virgen de la Salud, siendo a su vez rematado por la Cruz de Santiago Apóstol en su parte superior. Es muy habitual ver el anagrama mariano en portadas de iglesias, retablos, camarines, altares, peanas, bordados, obras impresas… 

-La media luna, uno de los símbolos marianos por antonomasia, tiene un significado femenino (opuesto y complementario al Sol, que sería el masculino y que en la cosmología cristiana está representado por Cristo) y se representa a los pies de la Virgen como símbolo de su Inmaculada Concepción, también recordando a la mujer del Apocalipsis: «Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas» (Ap. 12, 1). Sobre este símbolo tan antiguo, la figura de María se presenta como la de la madre universal y dispensadora de gracia. Encontramos la medialuna a los pies de la talla, así como representada bajo el anagrama mariano en una insignia pintada en el propio camarín.

-La particularidad de introducir la fuente (Guiño a su vez de la existente en la plaza de Santiago, justamente ubicada a las puertas de este templo), obedece principalmente al significado de Salud y Pureza de María que le otorga. Fuente que ya aparece en el Cantar de los Cantares: «eres la fuente que mana a borbotones, la fuente de aguas vivas que desciende del Líbano» (4,15) y que Teodoto de Ancira, escritor del siglo V, comparará con María: «Salve, limpísima fuente del agua que da la vida». Agua que siempre ha sido distintivo de vida, siendo madre y matriz según la tradición judía y el origen de la creación. La interpretación de la fuente como figura de la Gracia es una de las dos lecturas esenciales que el mundo cristiano le ha conferido a este símbolo; además, el hecho de representarla rebosante permite aludir a María como “administradora de la gracia” y, por tanto, como intermediaria y auxilio del fiel.

En numerosas ocasiones se ha relacionado el agua o la fuente con María, como podemos ver en las representaciones de las letanías Lauretanas, apareciendo la “Fons Signatus” o fuente sellada que iconológicamente nos proclama la hermosura de María, la cual procede de no tener pecado original. Este emblema mariano nos viene a diferenciar entre la Virgen y el resto de los mortales con respecto a la procedencia de sus aguas, y a instaurar la calidad de las mismas como puras y limpias por proceder del Altísimo, las cuales «no tuvieron resabio de piedra azufre ni pasaron por los minerales sulfurosos de la culpa original». Por otro lado, el también símbolo de Salud de las letanías “Puteus Aquarum” o pozo de aguas vivas, es otro emblema mariano que nos habla del Árbol de la Vida del que partían cuatro ríos. Este símbolo aplicado a María es interpretado como un elemento vivificador y purificador. Por tanto, la Virgen es fuente de una nueva vida, de su maternidad divina brota para la humanidad la verdadera vida: Jesucristo.

Asimismo, a lo largo la historia se han dado numerosas leyendas sobre apariciones de la Virgen junto a ríos y la advocación de Salud ha sido relacionada en la mayoría de casos a estas apariciones. Por ejemplo, su hallazgo junto a una fuente en Sabadell o San Feliú de Llobregat (Barcelona), Tejares (Salamanca), junto a un río en el caso de Alcantarilla (Murcia) y en Jimera de Líbar (Málaga). El agua es el remedio más antiguo contra la enfermedad, ningún otro agente es capaz de producir tal variedad de efectos fisiológicos y originalmente ha estado ligada al bienestar y a sus múltiples propiedades con ritos de purificación como ya ocurría en las piscinas comunales de Pakistán alrededor del 2500 a. C, los baños turcos que en el siglo VII limpiaban el alma o como en el siglo XIX los médicos prescribieron hidroterapia prácticamente para todo, tanto para enfermedades reales como imaginarias.